Ay.
Quién me mandaría a mi, cogerme un mes de vacances.
Si no llevo ni una semana, y ya estoy asqueada de no hacer nada.
Me levanto cuando me da la gana, que viene siendo lo mismo que cuando me acuesto y cuando como. Me ducho a horas intempestivas porque no tengo nada que hacer.
Me he comprado la Game Boy micro (en rosa) y el juego de Zelda (mítico) por romper con la rutina y darme un capricho.
Me fumo paquete y medio, cuando no es más, de tabaco por aburrimiento y por tener una excusa para salir a la calle a comprar más.
No se puede quedar con colegas, porque todos están currando.
No se puede visitar a la familia porque toda está de vacaciones.
No existe juego de la PS2 para dos jugadores que no haya pasado por nuestras manos.
Puedo ir a zoo, al parque de atracciones, a la Warner, a la piscina, a la playa de Parla (toma, que ya hay playa en Madrid), pero no lo hago porque el nene está en plan abuelo y no le apetece.
Me arreglo las uñas 3 veces al día. Las limo, las pinto. Las limo, las pinto. Las limo, las pinto.
Busco cosas nuevas en internet (ja!) pero no encuentro nada.
Me llama una amiga del curro, que me echa de menos.
No sabe cuanto les echo de menos yo a ellos.
Y oye, no es que quiera estar currando, pero quiero hacer algo.
Por cierto, acabo de recordar que yo antiguamente hacía maquetas de edificios. Tengo una casa de campo ahí abandonada en lo alto del armario. Lo mismo me pongo y la termino.
Total, que puta mierda de vacaciones cuando no se tiene un duro para irte a ningún sitio.
He dicho.
Escuchando- Aerosmith---Angel
jueves, agosto 17, 2006
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