¿Lleva usted sustancias estupefacientes?

Bien, en dos años que tengo el coche, me habían parado una vez los maderos de mi barrio (y me revisaron las gafas de respuesto) y otra vez la gurdia civil (y me revisaron que las gafas de sol fueran graduadas).
Pero ayer...ayer me pararó la guardia civil, y me registró. Si señor, un registro de coche, bolso, y novio.
La cosa es que íbamos camino de Armallones (Guadalajara), cuando veo algo en mitad de la carretera de peligrosidad tercer nivel:
-Coño, y ese señor que hace ahi?
-Pues no se, o se quita, o frenas, o te lo cepillas
-Uy...que no es un señor cualquiera, es un señor guardia civil...me paro...me paro?
-Más bien te paras, si
Asique, me paro. Bajo la ventanilla.
-Buenos días
-Su carnet de conducir
Le doy el carnet de conducir
-Me deja la documentación del vehículo?
Le doy la documentación del vehículo (vamos, los papeles del coche). Se pega el tio unos cuantos minutos mirando los papelajos y poniendo caras raras
-Apague el motor
Apago el motor. El picoleto se me queda mirando:
-Y ahora salga del coche.
Salgo del coche y me da una punzada el estómago, cuando me veo en una carretera desierta en kilómetros a la redonda. Remiro todas las carreretas que dan a parar al cruce donde estoy parada, y siguen igual de desiertas. Son las 11 de la mañana. La punzada se vuelve más aguda en cuanto recuerdo a Entraigan, un policía poseido de cierto libro, que se dedica a parar a gente en una carretera desierta, para luego adjudicarles droga que no les pertecene, meterlos en una celda de una carcel de un pueblo abandonado (si llegan vivos), y matarlos.
-¿Lleva usted sustancias estupefacientes?
-¿QUÉ?
-Que si lleva usted sustancias estupefacientes
-Pues no.
El picoleto vuelve a mirarme de arriba a abajo. Mientras tanto, el otro picoleto (un señor guapo y agradable) está charlando con mi novio, al que también ha hecho salir del coche, aunque pidiéndoselo por favor y con todos los modales del mundo. Están hablando de las fiestas de los pueblos...
Mi picoleto particular ahora se dedica a sacar todos los discos que llevo en el coche y mirarlos, mira absolutamente todas las partes del coche, y coge mi bolso.
-Voy a proceder a registrar su bolso
-Pues vale.
Yo adopto una postura pasota sentada en el capó del coche. El picoleto deja el bolso encima, y me vuelve a mirar.
-Señora, debe sacar usted las cosas del bolso.
-Pues vale.
Y es aqui, amigos, cuando me paso 15 minutos sacando cosas del maravilloso mundo pararelo que llevo en el bolso. En 15 minutos, he dejado el capó lleno de movidas, de todas las movidas posibles. El picoleto busca y rebusca droga hasta en el último rincón, mientras mi novio sigue de colegueo con su super picoleto maravillosamente perfecto. Miro a mi novio pensando en lo guapo que es, pero me sacan de mi ensoñación.
-Señora, ¿esto que es?
Tiene en la mano 3 sobres de azucar
-Pues azucar, soy hipoglucémica
-Ah...y esto?
Tiene en la mano un libro de papel de fumar, de cuando intenté quitarme el habito, y me dio por pensar que fumando de liar fumaría menos por el hecho de no liarme los cigarros
-Pues papel de fumar
-Ah...y para qué lo utiliza?
-Pues ya no lo utilizo, antes, para fumar tabaco de liar
-Ya...y para nada más?
Me pasa un pensamiento por la cabeza "Para limpiarme el culo que lo tengo delicado", pero lo deshecho, y contesto sinceramente
-Pues no.
Saca la caja con las pastillas de la píldora. Son rosas y pequeñas
-Anda, y esto?
-Pues es la píldora...
Se da cuenta de que es la píldora porque lleva los días marcados.
Sigue registrádolo todo, se hecha crema en una mano para comprobar que realmente es crema, mete la mano en el forro de mi bikini (mientras yo pienso si no le dará asco pensar que pueda estar usado, que no lo está, pero él no lo puede saber), revisa mi agenda, mi bisutería, mis bolis, mi videoconsola, mi movil, mis llaves, la tarjeta del curro, abre mi cartera, revisa mi monedero, saca todas las fotos...mientras hace todo eso, mi nerviosismo se va conviertiendo en mala hostia, a la vez que va violando mi intimidad leyendo mi agenda, me echa un vistazo de vez en cuando, fijándose en mis pulseras con cuero, en las pulseras con pinchos, los anillos negros, las calaveras de mis pendientes, y poniendo caras no muy agradables. Le da la vuelta a mi bolso, y descubre un bolsillo que yo no había abierto
-Y este bolsillo, eh?
Vuelve a cruzar otro pensamiento "Joder, el puto bolso tiene 15 bolsillos, no soy dios, joder"
-Pues se me habrá olvidado.
-Pues ya lo estás abriendo.
Y cuando lo abro...queridos amigos...descubro que es el bolsillo secreto...ay...el bolsillo secreto, DE LOS TAMPAX!
El picoleto, en su afan de confirmar que soy una yonki o una camella, saca los tampax, y por un momento estoy convencida de que los va a abrir. Pero no, se contiene
-Y ahora, guardas las cositas en tu bolso
A mi ya me está poniendo negra tantas órdenes y tan poca educación. Noto que le está jodiendo que con nuestras pintas, lo único que llevemos en el coche sean dos botellas de Cacique en el maletero (que encima no eran ni para nosotros).
A la vez, a mi novio el otro picoleto le ha registrado con una educación, unos buenos modales y una simpatía que mi picoleto no poseerá en la vida. Registran nuestro maletero, y el picoleto perfecto ve las cañas de pescar, y vuelve a charlar con mi novio, esta vez sobre pesca. Yo me estoy asando mientras guardo mis cosas en el bolso, y pienso en maneras de atropellar a mi picoleto y que parezca un accidente.
Cuando se aburren de mirar por el coche, nos dejan ir
-Bien, pueden continuar - dice mi picoleto
El otro picoleto nos recuerda como ir al pueblo de destino con una sonrisa en la boca y nos despide con un "Hasta luego". Mi picoleto se dedica a mirarme con cara de asco, mientras, sospecho, piensa en dónde ha fallado para no encontrar los kilos de droga o explosivos, que sin duda alguna, llevamos en el coche.