De las chinitas y los gatitos

Viteeeeeeeeeeeee?
¿Qué? ¿Se os gusta el blog nuevo?

Que si, que vale, que os voy a contar una bella historieta.
A pesar de tener un coche estupendíiiiiiiiisimo, muy mono él, ahora me han cambiado de proyecto y curro en el centro. Aparcar en el centro, imposible, y pagar una plaza de aparcamiento, imposible también, asique, vuelvo al transporte púbico...o público, como querais.

Y mira que yo no sabía, que los chinos que entran a los bares a vender o tienen las mantitas como los marroquíes y negritos, y venden de todo en las estaciones y aledaños, pues ahora también venden dentro de los trenes.

Y en esto que estoy yo sentadita en mi viaje, cuando se montan una pareja de chinos, él en un lado del vagón, y ella en el otro, donde yo iba.
Saca una bolsa como un cristo con esos gatitos de peluche a los que se le encienden los ojos como si estuvieran poseidos, andan por el suelo, y dan volteretas por los aires. Coloca los gatitos en el suelo, y los intenta vender al grito de "Dos eulos!!!".
Yo me quedo flipada viendo los gatitos. El tren para, y las puertas se abren. Los gatitos siguen dando vueltas por el vagón...uno va hacia la puerta y la chinita corre para que no se escape. Noto cierto resentimiento en los ojos del gatito diabólico. El gatito está otra vez en el suelo, dando volteretas.
Cuando las puertas del tren se están cerrando, el gatito hace una tripe voltereta mortal, y sale por las puertas justo antes de que se cierren. La china le da al botón de abrir las puertas, e incluso se pensó pulsar el de emergencia, cuando vio al gatito solitario en el andén mientras el tren se alejaba...la distancia les separó, y a mi lo menos me da un síncope de las carcajadas que solté, bajo la mirada de odio de la chinita.