sábado, septiembre 30, 2006

Como ovejas (con el mismo sentimiento)

Porque el Atleti no es un equipo, es un puto sentimiento.
Es un nudo en el estómago desde que te subes en el coche para ir al Manzanares.
Y si no eres del Atleti, no lo entenderás nunca.
Vivo rodeada de Vikingos. Menos mal que a mis colegas no les gusta el fútbol, porque sino, también serían vikingos.
Solo puedo hablar del ambiente en el Bernabeu, y en el Calderón.
Que no es lo mismo, amigos. Que los dos son hervideros en un día de partido, que no digo yo que los vikingos no tengan nuestro sentimiento, pero no es igual. Ellos no van con el pensamiento "mierda, me gastaré 74 euros en dos entradas para ver como pierden". Ya vas negativo, porque al Calderón se va con el pensamiento de perder, pero, y si luego ganan?
Si luego ganan escucharás en la radio que ganaron sin merecerlo "Jugaron como siempre y ganaron como nunca", que el arbitro la cagó, y mil polleces más.
Compras las entradas y te sientas en un pivote en mitad de un cruce. Ves a miles de personas vestidas con la misma camiseta. De vez en cuando giras la cabeza a ver tu estadio. Que enormidad, la hostia. Lástima que lo tiren, joder... :(
Te pasas sentada una hora en el pivote comiendo pipas y hablando. Al día siguiente vas a tener los morros como morcillas de Burgos de comer tantas pipas y lo sabes, pero te da igual, porque hay que comer pipas en un partido de futbol.
Abren las puertas, y esperas a entrar. Cuando subes las escaleras junto a cientos de personas, echas la mirada atrás, y ves ovejas. Cientos de ovejas que suben escaleras. Te sientes una oveja más, y siempre hay complicidad si tu mirada cruza con la de alguien, y se te pone una sonrisa en la cara que no se te borra en toda la tarde. Te sientes al lado de quien te sientes, terminas siendo su colega. Terminas sabiendo la vida y milagros de todos los que te rodean en la grada, porque la gente habla antes del partido, y nunca es sobre fútbol.
Pero empiezan a jugar, y no haces más que cantar, y gritar, y animar, y aunque vayas 0-3, se sigue cantando y gritanto y animando. Y aplaudes al menor gesto de jugabilidad por parte de tu equipo. Y da igual que pierdan, porque tú te lo estás pasando de puta madre, y si van ganando, pues mejor que mejor.
Si terminan ganando, las ovejas van contentas a casa, y bajan las mismas escaleras que subieron con la moral por las nubes, y esperanzas que se verán truncadas al siguiente partido. Y si pierden...pues las ovejas van a casa cabizbajas, cagándose en la puta madre de el que pone el precio a las entradas, porque pagas para ver un espectáculo que no te ha gustado.
Entonces es cuando el nudo en el estómago con el que has estado toda la tarde se deshace, hasta dentro de 15 días.
Mi Atleti, lo mejor. Y las gradas, mis colegas.

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