sábado, noviembre 25, 2006

Soy Fausto

Llego anoche a casa que no se ni como cojones llegué, con fiebre, arcadas, tos, mocos mil, estornudos...un festival, vamos.
Me siento en el sofá (o me tumbo, más bien) y veo por 5ª vez el mismo episodio de urgencias, con un trancazo acojonante.
Al acostarme ya he terminado dos paquetes de cleneex. En la cama no es mucho mejor, ya que cuando llego a ese punto en el que no sabes si estas despierto o dormido, se me tapona la nariz, y pego un salto de la cama porque creo que me afixio.
Cuando consigo dormir, despierto cada 10 minutos por la tos causada de respirar por la boca. Me cago en to los muertos del invierno y de las bajas temperaturas.
Sueño que le estoy gritando a una mujer en mi habitación, y noto como realmente, en la vida real, estoy gritando, y mis propios gritos me despiertan. Mi madre me mira descojonándose desde la puerta, y dice "Voy a comprar, sigue durmiendo".
Estas sola en casa. Vuelves a dormir. De repente suena el teléfono
-Suena suena, que no me pienso levantar.
Llaman 3 veces seguidas y ya te preocupas.
-Vale, que al final me tendré que levantar.
Coges el teléfono y...
Señor: Hola.
Yo: Hehe, hola.
Señor: Qué tal?
Yo: Hecha una mierda.
Señor: Esto....quién eres?
Yo: Y tú? Tú quien eres? Tú sabrás quién soy si me estas llamando, no?
Señor: Soy Fausto.
Yo:...mal rollo de nombre, no?
Fausto: Y tú quien eres?
Yo: No conozco ningún Fausto...bueno sí, pero tú no eres ese Fausto.
Fausto: Verás...ero si me acabas de llamar.
Yo: Ehhh...pa mi que no, porque yo estaba durmiendo, me has despertado.
Fausto: No podías estar durmiendo, porque me estás llamando.
SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO
Yo: No perdona, has llamado tú...
SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO
Yo: Estás loco? Eres de los locos que llaman por teléfono? Eh, Fausto? Eh??
SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO SILENCIO
Yo: Sí, acabo de llegar a la conclusión de que eres de los locos que llamas por teléfono...
Fausto: No...verás...es que tengo una llamada perdida tuya y no se quien eres...
Yo: Que no conozco a ningún Fausto, ni mi madre tampoco...que aqui no hay nadie, que nosotros no te hemos llamado, grillao, que no...
Fausto: Pues pa mi que si.
Yo: Me voy a dormir...vete al peo, hombre.

Al par de horas ha vuelto a llamar y le ha comio la cabeza a mi madre con yonoseque movidas de llamadas perdidas y hostias, y al final la pobre mujer le ha colgao.

Conclusión: No hay Fausto que esté bien de la puta cabeza...

No hay comentarios: