sábado, enero 20, 2007

Huyendo

Y Apolo persiguió a Daphne, mientras gritaba:
"¡Te imploro, ninfa hija de Perseo, que no huyas! No soy tu enemigo a pesar de esta persecución. ¡Detente, dulce ninfa! Huyes como lo hace la oveja del lobo, o el ciervo del león, como las palomas baten alas huyendo del águila, como todas las criaturas huyen de sus miedos. Pero es el amor el que me lleva a correr detrás de ti..."(Ovidio, Metamorfosis, I).


A veces me gustaría ser un arbusto de laurel...

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